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Si respondiéramos de manera absoluta a la pregunta deberíamos decir que sí. Los aceites esenciales se pueden ingerir. No obstante, hay que matizar la afirmación, ya que las esencias naturales son sustancias muy potentes que se utilizan siguiendo unas indicaciones muy precisas. Las vías de aplicación son esencialmente dos: la vía interna, es decir la ingestión oral, y la vía externa, a través de la absorción epidérmica, por inhalación, baños, etc.

En este artículo vamos a tratar de la vía interna (oral) y de las precauciones que hay que tener siempre que se administre así.

Lo primero que debemos advertir es que se desaconseja la ingestión oral sin control médico puesto que el contacto de las esencias con las delicadas mucosas digestivas puede ser irritante; ademas, las dosis deben administrarse con atención para evitar el riesgo de intoxicaciones agudas y crónicas. La dosis de las esencias por vía interna es, como media, de 3 gotas por cada toma, con un máximo diario que oscila entre las 5 y las 20 gotas, dependiendo de las dosis utilizadas. Hay que tomarlas antes de las comidas o durante estas.

La ingestión por vía oral es una opción que solo hay que tener en cuenta cuando sea necesario, es decir, en caso de requerir una curación propiamente dicha de determinadas enfermedades. En cambio, la estimulación energética y la vitalización del cuerpo se obtendrán aplicando los aceites por vía externa, a través de baños, fricciones y masajes, con la difusión en el aire y con la estimulación olfativa, modalidades que también son muy eficaces.

Los aceites esenciales se administraran por vía oral teniendo siempre en cuenta las siguientes reglas:

  1. Con conocimiento del tema y de forma consciente: es preferible confiar en un médico especializado en aromaterapia, porque existen algunas sustancias que pueden ser tóxicas si se administran o ingieren de forma incorrecta, ademas pueden producirse contraindicaciones del uso de algunas esencias para algunas personas, etc.
    Hay que huir del tópico que afirma que un remedio natural no puede causar daño. Los venenos más potentes son derivados vegetales. Hay que acercarse al fascinante mundo de las curas naturales con interés, respeto y amor, pero también con la necesaria prudencia.
  2. Respetar las dosis correctas: las dosis medias son de 1 a 3 gotas mezcladas con una cucharada de miel virgen integral para que se disuelva lentamente en la boca. Esta es la mejor forma de asimilar los aceites esenciales. Para las esencias particularmente fuertes, tras haberlas disuelto en una cucharadita de miel, diluirlas en un dedo de agua templada.
    Otra forma es poner entre 1 y 3 gotas en un vaso de agua templada o de infusión (verter las gotas inmediatamente antes de beberlo para evitar la evaporación), o poner desde 1 a 3 gotas en el dorso de la mano (mejor si se ponen en la cavidad situada en la base del pulgar, zona que corresponde en acupuntura a un importante punto energético situado a lo largo de un meridiano). Esta modalidad, es decir, la toma de los aceites esenciales en estado puro se utilizara de forma exclusiva con los aceites menos delicados y menos potentes.

    La posología media es de 1 a 3 gotas para cada toma, que se repetirá de 2 a 5 veces al día. El período de curación se sitúa alrededor de las 3 semanas, para el mismo aceite o mezcla de aceites. Los ciclos pueden renovarse, tras un intervalo de 7 a 10 días, cambiando de aceite o de mezcla.

  3. Y por último, sólo cuando sea estrictamente necesario: como ya hemos dicho, tan solo en la curación propiamente dicha de determinadas enfermedades.

Como norma es preferible administrar los aceites esenciales por alguna de las numerosas vías externas que veremos en otro artículo.