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Si se fricciona la piel con un aceite esencial, puro o diluido en un aceite de base (por lo general, aceite vegetal), las minúsculas moléculas que lo componen se vuelven solubles en las grasas de la piel, atravesando con rapidez las capas externas y alcanzando los capilares sanguíneos. De aquí, pasan al flujo sanguíneo, y son transportadas a las células y a los fluidos corporales. Se ha comprobado de forma experimental que las esencias pueden encontrarse en la sangre al cabo de una o varias horas tras la aplicación en la piel. Cuando se emplea un aceite en una zona del cuerpo dolorida, este actúa en el órgano enfermo que se encuentra bajo la piel, gracias a su elevadísimo poder de propagación.

Al mismo tiempo, alcanzara, a través de la sangre, el resto de zonas corporales y se difundirá por todas las células, revitalizándolas, tonificándolas, aumentando las defensas inmunológicas y mejorando ademas las funciones de los distintos aparatos.
Mientras el olfato requiere un movimiento activo y voluntario, originado por el acercamiento y la inspiración nasal, con la utilización del aceite por vía epidérmica a través del masaje, la piel se beneficia del efecto curativo de la esencia sin una participación activa del yo. Es decir, el aceite actuara por él, integrándose en su sistema vegetativo y llegando al inconsciente.

La acción general de una minúscula cantidad de producto aproxima la aromaterapia a las terapias energéticas. En este aspecto, cabe puntualizar que es mas probable que la acción beneficiosa no tenga su origen en la cantidad, muy reducida de la esencia, sino en la «información» que esta transporta y que se introduce en el circuito energético alterado del organismo, y lo reequilibra. Por esta razon, parece que la esencia, incluso si se aplica en cualquier parte de la piel, es conducida hacia el órgano debilitado o hacia la función alterada. Cualquier región del cuerpo, cualquier órgano, vibra siguiendo una frecuencia propia de biofuncionamiento óptimo. Muchos factores externos e internos (contaminación, corrientes electromagnéticas, alimentación desequilibrada, pensamientos negativos, etc.) provocan una falta de sincronización en estos circuitos energéticos vitales produciendo desequilibrios y enfermedades

Las esencias de las plantas encierran en su interior la máxima potencialidad alcanzada durante la fase de desarrollo del vegetal.
Son autenticas «concentradoras» de energía diferenciada, que corresponde a la «personalidad» de la planta que las ha producido, en función de sus características de vida y de crecimiento. Al aplicarlas al hombre pueden introducirse a traves de las corrientes energéticas alteradas y sintonizar con su movimiento vibratorio. Este sistema de funcionamiento es el mismo que el de la acupuntura, la homeopatía, la educación del pensamiento y de las emociones, la meditación y las técnicas corporales (yoga, bioenergia, masaje, etc.).

Se aconseja el uso de las esencias por fricción incluso cuando se goza dc buena salud, para aumentar el potencial vital y energético, en especial por la mañana, para preparar el despertar del cuerpo, y por la noche, para volver a dar armonía al cuerpo y la mente después de los estímulos del día.